Reconocimiento facial para disparar mejor los misiles. Este titular de noticias pertenece a una de las guerras en curso. Hace un tiempo, cosas de este tipo, sucedían solo en los films de ciencia ficción. Al mismo tiempo, a estas “grandes guerras” se suman grandes desencuentros que generan las que denominamos polarizaciones sociales. En muchos casos estos problemas se alimentan de noticias falsas, y de una fuerte afirmación del individualismo como parámetro de la realidad configurando lo que algunos autores denominan tiempo de la “post-verdad”. Constatamos que el gran objetivo del poder económico y social, en la actualidad, busca una comunicación deshumanizante que disgrega, por algo tan viejo que puede sintetizarse en el famoso slogan: “divide y reinarás”.
A este par destructivo de nuestra comunidad humana, podemos ofrecer una alternativa que potencie nuestras capacidades de comunicación, es esta la palabra clave de nuestras vidas, es lo que da origen a cada interacción. La posibilidad de reconocernos, cooperar y conectarnos entre nosotros, es lo que posibilita que podamos crecer juntos. Una comunicación que produzca separación y división, es un contrasentido. Reconocer este escenario es la cuna del Curso de formación en Comunicación Generativa para la construcción de paz que está desarrollando el Instituto Universitario Sophia, en su centro de América Latina y Caribe. La presente propuesta busca promover una cultura del encuentro a través de procesos comunicativos que impulsen relaciones fraternas en la sociedad, en las diversas prácticas culturales y con la naturaleza.
La propuesta formativa está diseñada por un equipo plural conformado por los profesores Cristina Montoya (Colombia), Isabel Gatti (Argentina), Luis Marqués (Brasil)y Belén Fernández (Argentina). El diseño del curso recoge el aporte de la Comunicación dialógica, Comunicación para el desarrollo, la Educomunicación e introduce la perspectiva de la comunicación generativa como opción para la construcción de procesos de paz.
Los participantes son invitados a recorrer una experiencia que integra: mente, corazón y manos; para potenciar una transformación positiva; personal, grupal y organizacional”. Construir sociedades en las que el ser humano y sus comunidades puedan alcanzar un “buen vivir” es una urgencia histórica. Alcanzarlo implica desactivar prácticas culturales y comunicativas que nos han llevado a polarizarnos. a dividirnos. a estigmatizarnos. Elegir qué tipo de comunicación tener, significa elegir en qué tipo de sociedad queremos vivir.
Por Cristina Montoya e Isabel Gatti