21.06.2022
Kereditse Mothibakgomo, una joven sudafricana del municipio de Hartswater, nos habla de su participación, junto con otros compañeros, en el proyecto Be the Change, creado para ayudar a superar las barreras entre diferentes grupos raciales y sociales. Juntos, ayudaron a los jóvenes y adolescentes desfavorecidos a identificar las necesidades de sus comunidades y a emprender acciones solidarias concretas.
Fuente: United World Project
Hartswater es una pequeña ciudad de la región semidesértica de Sudáfrica. Cuenta con el segundo sistema de riego más grande del hemisferio sur, por lo que su economía se basa principalmente en la agricultura. Cuando quedó claro que la pandemia iba a durar mucho tiempo, nos preguntamos cómo buscar soluciones a largo plazo. Entre los grupos más afectados por la crisis, identificamos a los jóvenes de los grupos sociales menos favorecidos.
Trabajando en red con otros, pusimos en marcha un proyecto que los propios jóvenes decidimos llamar Be the Change, porque pretendía formar agentes de transformación en los entornos de mayor riesgo para nosotros los jóvenes.
Juntos creamos un curso de formación de unos 6 meses de duración, con 3 clases semanales divididas en 6 módulos que incluían preparación para el trabajo, habilidades para la vida diaria, conocimientos informáticos, seguridad alimentaria, etc.
Las dos primeras semanas se dedicaron a una formación intensiva sobre el Arte de Amar. Hemos tenido varias experiencias concretas al respecto.
El programa incluía la elaboración de un plan de desarrollo personal con seguimiento periódico para la transición a las siguientes etapas. También incluyó acciones prácticas de servicio a la comunidad, como la fabricación y distribución de mascarillas, protectores faciales y la limpieza de dos locales.
A pesar del escaso número de beneficiarios directos (15, en el primer curso), el proyecto despertó un gran interés y se nos pidió que lo presentáramos en un foro al que asistieron varias entidades, entre ellas el Departamento de Desarrollo Social de la provincia.
El programa se repitió en 2021 y 2022.
En el último curso, los jóvenes, además de colaborar en la distribución de paquetes de alimentos, organizamos un foro empresarial en el que empresarios blancos de éxito acudieron por primera vez a los suburbios, para compartir experiencias y conocimientos con pequeños empresarios de otros grupos raciales, a pesar del fuerte racismo heredado del régimen del apartheid.
A continuación, organizamos una campaña de sensibilización sobre el abuso del alcohol y las drogas en la que implicamos a diversos agentes, como la sección social de la policía, el ministerio de sanidad, los pastores de algunas iglesias, etc.
Entre los jóvenes que participamos en el curso, en los últimos dos años, algunos han encontrado trabajo, otros se han matriculado en la universidad o en cursos de formación profesional, indicando así a muchos otros jóvenes como nosotros que sí, ¡es posible ser el cambio!
Para saber más…
