Mensaje del Papa para la Jornada de las Comunicaciones Sociales 2023

16.5.2023

«Hablar con el corazón. Según la verdad en la caridad». Este es el tema central del mensaje para la 57ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, que este año se celebrará el domingo 21 de mayo. El Papa recuerda a Francisco de Sales, patrono de los periodistas, como «uno de los ejemplos más luminosos y fascinantes de ‘hablar con el corazón; «Es desde este ‘criterio de amor’ que, a través de sus escritos y su testimonio de vida, el santo obispo de Ginebra nos recuerda que ‘somos lo que comunicamos’.

Una lección que va a contracorriente hoy en un tiempo en el que, como experimentamos particularmente en las redes sociales, que la comunicación es a menudo para que el mundo nos vea como quisiéramos ser y no como
somos».
El tema está perfectamente relacionado con el del año pasado, que apelaba a la escucha.

El Santo Padre se centra en particular en «hablar con el corazón» como centro de la acogida, el diálogo y el compartir.
«No debemos tener miedo de proclamar la verdad, aunque a veces resulte incómoda», pero hacerlo con
caridad. La invitación del Papa nos insta a tener «un corazón que con sus latidos revele la verdad de nuestro ser y que, por tanto, debe ser escuchado» y afirma: «Esto lleva al oyente a sintonizar en la misma longitud de onda, hasta el punto de poder sentir en su propio corazón hasta el punto de poder sentir también el latido del otro. Entonces puede producirse el milagro del encuentro, que nos hace mirarnos unos a otros con compasión, acogiendo las fragilidades de los demás con respeto, en lugar de juzgar de oídas y sembrar discordias y divisiones».
El Pontífice señala: »

Que los trabajadores de la comunicación se sientan inspirados por este santo de la ternura – augura el Papa- buscando y diciendo la verdad con valentía y libertad, pero rechazando la tentación de usar medios llamativos y agresivos».
«En el dramático contexto de conflicto global que estamos viviendo, es urgente afirmar una comunicación no hostil». El Papa exhorta a los «comunicadores dispuestos al diálogo implicados en la promoción del desarme integral y comprometidos en el desmantelamiento de la psicosis bélica que acecha en nuestros corazones», que «no estén atrincherados, sino que sean audaces y creativos, dispuestos a asumir riesgos para encontrar un terreno común en el que puedan encontrarse».
Como hace 60 años, prosigue, «vivimos ahora una hora oscura en la que la humanidad teme una escalada bélica que hay que frenar cuanto antes, también en términos de comunicación. Uno se horroriza al oír con qué facilidad se pronuncian palabras que llaman a la destrucción de los pueblos, que llaman a la destrucción de pueblos y territorios. Palabras que desgraciadamente se convierten a menudo en acciones bélicas de violencia atroz.

Por eso debe rechazarse toda retórica belicosa, así como cualquier forma de propaganda que manipule la verdad, desfigurando con fines ideológicos.
Por el contrario, debe fomentarse la comunicación a todos los niveles para ayudar a crear las condiciones
para resolver los conflictos entre los pueblos».
Como cristianos, reiteró el Papa, para poder comunicar según la verdad en la caridad es necesario purificar el corazón. «Sólo escuchando y hablando con un corazón puro podemos ver más allá de las apariencias y superar el ruido indistinto que, incluso en el campo de la información, no nos ayuda a discernir en la complejidad del mundo en que vivimos». advierte el Papa, «sabemos que es precisamente a través de la conversión del corazón cómo se decide el destino de la paz, ya que el virus de la guerra procede del interior del corazón humano». Se trata de un pasaje de gran actualidad en el mensaje. El Papa se dirige de modo particular a los trabajadores de la comunicación, pero recuerda que «en un período histórico marcado por polarizaciones y oposiciones, el compromiso por una comunicación ‘desde el y abierta» no concierne sólo a la comunicación de la información, sino que es responsabilidad de todos. Todos estamos llamados a buscar y decir la verdad y a hacerlo con caridad».
Exhortándonos a «guardar nuestra lengua del mal», el Santo Padre reitera cómo » a veces el hablar amable, abre una brecha incluso en los corazones más endurecidos»: «Lo experimentamos en la convivencia cívica, donde la amabilidad no es sólo una cuestión de ‘etiqueta’, sino un verdadero antídoto contra la crueldad, que desgraciadamente puede envenenar los corazones e intoxicar las relaciones. Lo necesitamos en los medios de comunicación, para que la comunicación no fomente el resentimiento que exaspera, genera ira y lleva a la confrontación, sino que ayude a la gente a reflexionar con calma, a
descifrar, con espíritu crítico y siempre respetuoso, la realidad en la que viven».

El mensaje concluye subrayando que el esfuerzo por «encontrar las palabras adecuadas» para construir
«una civilización mejor» es una responsabilidad confiada a los trabajadores de la comunicación y para ellos invoca al Señor, para que con su profesión marcada por la verdad en la caridad», puedan ayudarnos a redescubrirnos como hermanos y a «sentirnos custodios los unos de otros».

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