En el tercer y último debate coral del ciclo «Información y comunicación en tiempos de Covid-19», organizado por NetOne y el Centro de investigación Sophia Global Studies (SGS), se analizaron las relaciones entre realidad y virtualidad, inteligencia artificial e «inteligencia colectiva» a la luz de la pandemia, con los consiguientes retos y oportunidades.
El sábado 20 de junio de 2020, el embajador y conferenciante Pasquale Ferrara, presidente de SGS, introdujo las contribuciones con algunos elementos de reflexión sobre el papel de los Estados en la gobernanza de Internet. Habló del sharp power -concepto que se suma a los de hard power, soft power e smart power-, que indica «el inicio de la injerencia silenciosa pero insidiosa de los Estados autoritarios en la vida de los países democráticos, explotando en beneficio propio las nuevas herramientas que ofrece la globalización: manipulación de noticias, presión sobre actores políticos y económicos, ciberataques», que «lleva la confrontación política a una dimensión digital», y «actúa en el terreno de la opinión pública, la política y la economía», cuyo «enorme potencial» se ha manifestado en tiempos de pandemia.
También en un sentido positivo, con la llamada «diplomacia de los barbijos».
Desde Medellín (Colombia), el profesor universitario italoamericano Aldo Civico destacó que, como enseña la teoría de los sistemas complejos, «la innovación no se produce en el centro, en las realidades consolidadas y tradicionales, sino en los márgenes», en las «periferias del sistema». Como los de la propia Medellín, una ciudad con fama de «capital del narcotráfico» y que ahora se ha transformado en un conocido centro mundial de innovación. A continuación, Civico se centró en tres puntos: «el papel de la inteligencia colectiva», «la importancia de un propósito superior» y «las ciudades y las empresas como organismos vivos».
La relación entre los modos virtual y real-presencial fue abordada por Mariana Assis, de Brasil, customer success manager en una gran empresa de redes sociales a nivel mundial. Inmersa en un mundo laboral 100% virtual, experimentó de primera mano lo que significa trabajar en empresas para las que es muy importante, en la práctica diaria, trabajar en beneficio de la comunidad y la sociedad, a través del cuidado de los talentos (antes «recursos humanos») y los usuarios.
«Las relaciones entre compañeros son lo primero y la empresa anima a todos a trabajar en colaboración y a ayudarse mutuamente a evolucionar. Estos valores no son sólo una señal en la pared: las personas se miden en función de ellos en la evaluación del rendimiento».
Tras explicar las ventajas de los «cafés virtuales» que organizó durante el encierro, Assis abordó la cuestión de la privacidad y la ética de quienes trabajan en el entorno digital.
La ingeniera de telecomunicaciones Marianne Abou-Jaoude ilustró desde el Líbano algunos ejemplos del uso de la Inteligencia Artificial (IA) en la generación de noticias y noticias falsas, en el sector sanitario y en el militar, todo lo cual tiene considerables implicaciones éticas. Estas se derivan de la inferencia generalmente oculta de la IA en los sistemas de toma de decisiones a varios niveles (de hecho, la IA es también un «sistema de toma de decisiones a escala planetaria» porque es «capaz de tomar decisiones»), de la intencionalidad de su uso y de su gobernanza de valores. El aprendizaje automático, por el que la IA aprende de sí misma, también le permite ser «educada» según un sistema de valores y actuar en consecuencia. Pero «¿quién decidirá qué valores» lo regirán? ¿Se regirá «por la industria o por los gobiernos»? ¿O por terceros?»
Las ricas reflexiones provocadas por las preguntas de los participantes, y un balance positivo del ciclo de seminarios web trazado por Michele Zanzucchi, profesor del Instituto Universitario Sophia, y Stefania Tanesini, coordinadora internacional de NetOne.