09.08.2022
El cuidado de los demás, el respeto, la cooperación, el diálogo: estos son algunos de los valores del proyecto: Yo, Embajador de la Paz, que AMU (Acción por un Mundo Unido) promueve en Egipto. Por ello, treinta voluntarios participaron en una serie de sesiones de formación. ¿El objetivo? Volver a la cultura de la paz.
Fuente: Azione per un Mondo Unito
En los últimos años, la sociedad egipcia ha sufrido profundos cambios, con un deterioro del espíritu de solidaridad y respeto a las diferencias que solía caracterizarla, y con un aumento de la prevalencia de la violencia, especialmente hacia las mujeres y los niños, en el hogar y el entorno escolar. Los acontecimientos terroristas son sólo las manifestaciones más extremas de este clima.
Entre febrero y marzo de 2022, la Associazione Azione per un Mondo Unito Onlus (Asociación Acción por un Mundo Unido Onlus) puso en marcha el proyecto Yo, Embajador de la Paz, para contribuir a la promoción y construcción de una cultura de la paz generalizada, redescubriendo el diálogo, el cuidado del otro, la superación de las diversas formas de indiferencia y el odio social.
“La enseñanza de estos valores es especialmente eficaz en estos momentos en Egipto», dice Noura, una de las chicas seleccionadas para seguir el curso, «porque hay muchos niños que han crecido en un entorno en el que el único objetivo es conseguir comida, y sus padres no tienen ningún interés en transmitir valores que ellos mismos desconocen».
El proyecto se llevó a cabo en colaboración con el socio local United World Foundation (UWF), que trabaja desde 2007 para transmitir la cultura de la fraternidad universal a través de proyectos de desarrollo y promoción humana.
En la primera fase, titulada Formación de Formadores, se formó a los participantes como voluntarios capaces de difundir una cultura de paz y diálogo, respetando las diferencias.
Al presentar el curso, el Presidente de la UWF, Saad Ihsan, ilustró la acción y los proyectos de la fundación y detalló las actividades y los objetivos específicos de Yo, Embajador de la Paz, dirigidos a un amplio público de posibles beneficiarios finales: niños, profesores, padres, líderes comunitarios, profesionales.
Participaron en la formación 30 voluntarios que ya habían trabajado en contacto con niños y que mostraron su pasión y disposición para sumergirse en esta nueva aventura, seleccionados en función de la diversidad de experiencias, culturas y edades.
Mushira dice que quiso participar por una necesidad personal: «Mis hijos habían crecido y yo tenía energía y tiempo sin utilizar. Así que se dedicó a esta nueva experiencia, que le resultó muy útil: «Me hizo leer más y pensar en cómo puedo ayudar a los niños egipcios». Para Eman, participar en la formación de formadores también fue importante: «Aprendí mucho sobre el mundo, sobre mí mismo y sobre los demás. Me gusta la idea de comunicar estos valores y haber descubierto que puedo transmitir lo que he aprendido a otros, ayudándoles a adquirir habilidades y herramientas».
El siguiente paso, la segunda fase de la formación, consiste en poner en práctica lo aprendido, trabajando con niños, padres y profesores para transmitirles los valores del proyecto Yo, Embajador de la Paz.