¿Quiénes somos?

NetOne es una asociación de profesionales, académicos, investigadores y trabajadores de la comunicación. Es una red internacional, promovida por el Movimiento de los Focolares, fundada en junio de 2000.

Somos un espacio de diálogo, sin fronteras de ningún tipo, donde se pueden compartir experiencias profesionales, conocimientos, cursos de formación, acciones y proyectos, para favorecer una comunicación que se inspire en la fraternidad.

NetOne hace hincapié en el aspecto relacional de la vida. Una relacionalidad que busca construir la fraternidad universal, poniéndose en juego por los demás, por sus necesidades. Somos comunicadores que nos esforzamos por ofrecer productos culturales que promuevan la paz, la unidad a distintos niveles en los campos más diversos: el fruto de nuestro trabajo y de nuestras vidas orientadas a la realización de la fraternidad universal. 

Cada proyecto de NetOne pretende ofrecer una respuesta a múltiples retos. No ofrecemos conclusiones definitivas, son ideas y propuestas que se han ido articulando en el camino y que cada uno de nosotros, personalmente y con los distintos grupos de referencia, ha podido sintetizar en sus propios caminos.

Podemos decir que son propuestas que se generan en la vida y el pensamiento de la «Cultura de la Unidad», que nace de la espiritualidad propuesta por Chiara Lubich, fundadora del Movimiento de los Focolares.  Esta definición sintetiza el fruto de este trabajo, que busca poner las condiciones para que nazcan nuevas ideas y caminos que favorezcan de alguna manera la uni-diversidad de nuestra única familia humana. 

Todos nuestros intereses se engloban en la palabra diálogo. Actualmente, encontramos vías de investigación-acción relacionadas con el campo de la comunicación generativa que ofrecen alternativas de crecimiento a las comunidades humanas con un tipo de desarrollo que se basa en el cuidado de la dignidad de cada persona.

Otra vía de trabajo es la del periodismo «dialógico», que pone en contacto a los distintos actores sobre el terreno, que fomenta el diálogo incluso cuando ésta parece imposible, que busca puntos de encuentro para encontrar soluciones compartidas y aceptables a los distintos conflictos en curso, por ejemplo en el tema de la movilidad humana: la migración forzada. 

Tenemos otro interés relacionado con todas las transformaciones que surgen de los retos del mundo digital y su impacto en todas las esferas del mundo social. Los algoritmos pueden aumentar las distancias, los contrastes; pero si crecemos en esta conciencia y sumamos a otros a nuestro sueño, podremos experimentar un nuevo tiempo en el que la comunidad humana pueda encontrarse a sí misma y podamos redescubrirnos como hermanas y hermanos.

Otra perspectiva aborda la cuestión del diálogo sociopolítico. Esta propuesta pretende crear un método de diálogo constructivo entre grupos antagónicos. 

Otra línea pretende abordar el tema de la comunicación intercultural y el estudio de metodologías dialógicas para resolver conflictos y favorecer así la vida en una sociedad cada vez más fragmentada y polarizada. 

Reconociendo que somos una sola familia humana, integrando nuestras creencias y culturas, experimentamos la vivencia de esta convicción en la práctica, que tiene principios muy sencillos:

• Tratar de aprender de otras culturas, de la vida de los que están cerca de nosotros, no sólo geográficamente diferentes, sino también socialmente distintos. 
• Estar dispuestos a dar lo mejor de nosotros mismos, y también estar dispuestos a recibir el regalo que el otro nos ofrece. Porque la reciprocidad es uno de los principios fundamentales de nuestra propuesta de diálogo intercultural. 
• También proponemos custodiar la diversidad porque cada persona, cada grupo social es insustituible y está llamado a aportar su contribución al conjunto social. 
• Nos guía la firme convicción de que este estilo de vida fraterna es para todos y lo afirmamos con fuerza contra las mentalidades que por acción u omisión «descartan» personas. 
• Creemos que es posible llegar a lo que llamamos «la unidad de los opuestos». Esto supone un compromiso continuo con la búsqueda de lo que nos une, como punto de partida más allá de los puntos controvertidos, porque pertenecemos a la misma familia humana.